Tienen los ojos azules, la nariz rosada y la piel de un blanco crema cubierta con rayas de color chocolate. Los tigres blancos son hijos de los tigres que son portadores del gen inusual necesario para la coloración blanca. Los tigres blancos salvajes son especies raras.
Aunque parezca difícil sino imposible, aunque vivan en zonas diferentes el tigre y el león, son capaces en cautividad de cruzarse entre ellos, teniendo mezclas híbridas. Cuando un tigre mata a una persona, se crea un hábito. Puesto que come mamíferos, y los humanos somos los más abundantes y estamos por todos lados, hace lo que le resulta más fácil. Una vez pasa esto, hay que sacrificarlo.
Los tigres blancos son especímenes individuales del tigre ordinario (Panthera tigris) con una condición genética que casi elimina el pigmento en la piel normalmente naranja, aunque las rayas negras no se ven afectadas.
Sin embargo, la mayoría de los tigres blancos son actualmente criados en cautiverio, mediante endogamia, para asegurar la presencia del gen recesivo. Tal endogamia puede ocasionalmente conducir a defectos de nacimiento.
Se alimenta mamíferos grandes; como ciervos, cerdos, vacas y otros. En tiempo de escasez come todo animal que encuentre; desde lagartijas, ranas e insectos hasta monos y elefantes jóvenes. Se le registra de también comer aves, peces, y otros félidos, cánidos y hasta osos. Los tigres blancos de Bengala son generalmente animales solitarios, cada uno mantiene un extenso territorio o área de acción, pero a veces viajan en pequeños grupos. Son cazadores nocturnos que confían principalmente en el sigilo y la sorpresa, confundiéndose en la oscuridad con la vegetación para atrapar con éxito a sus presas, los ciervos y los antílopes.